Hacía unos cuantos años que no iba al teatro... siempre las mismas excusas: que queda lejos, que hay que ir dos veces, primero a sacar las entradas y después a ver la obra, que Capital de noche se pone más fea, que andar en tren tan de noche... ufff... Como últimamente ando bastante por la zona de manera obligatoria y poco feliz, me convencí y decidí finalmente a desembolsar unos pesines e invitar a Madre al teatro. Obra que vengo deseando ver desde que se estrenó, hace ya unos años... Geretto siempre me cautivó con sus personajes, pero La Maestra prometía mucho.
Antes de salir controlé 2 o 3 veces la billetera para asegurarme que las entradas estaban allí. Salimos temprano, tomamos el tren y un colectivo equivocado, pero llegamos a tiempo, con unos cuantos minutos de sobra que nos alcanzaron para recorrer ansiosamente algunas cuadras "teatreriles" de la Av. Corrientes.
Divino el acomodador, cada dos minutos nos hacía cambiar de asiento o de fila. Lejos de enojarnos, nos reíamos a carcajadas cada vez que alguien tenía que cambiar de lugar.
¿La obra? Genial. Me enamoré de la Seño, porque... ¿quién no tuvo una maestra parecida a esta? Imposible no identificarse: moderna ("¡¿Cuántos dedos se necesitan para hacer un @?!) y clásica al mismo tiempo. Reí muchísimo, me emocioné otro tanto, se me escaparon algunas lágrimas sobre el final...
Podría escribir y describir la obra... pero aqui hay alguien que lo hace mejor.